martes, 5 de enero de 2010

Los Pilares de la Tierra


Autor: Ken Follett. Los pilares de la tierra es una novela histórica del autor británico Ken Follett ambientada en Inglaterra en la Edad Media, en concreto en el siglo XII, durante un periodo de guerra civil conocido como la Anarquía inglesa, entre el hundimiento del White Ship y el asesinato del arzobispo Thomas Becket. Sin embargo, también se recrea un viaje de peregrinación a Santiago de Compostela a través de Francia y España.

La novela describe el desarrollo de la arquitectura gótica a partir de su precursora, la arquitectura románica y las vicisitudes del priorato de Kingsbridge en contraste con el telón de fondo de acontecimientos históricos que se estaban produciendo en ese momento. A pesar de que Kingsbridge es el nombre de una localidad inglesa real, el Kingsbridge al que se hace referencia en la novela es, en realidad, un emplazamiento ficticio representativo del típico pueblo inglés en el que se establecían mercados en la época.

El autor sorprendió con esta novela no sólo a sus lectores, ávidos de thrillers, sino también a sus editores con su contenido y longitud (más de 1300 páginas). Fue publicada en 1989, y se convirtió en el mayor best seller de Follett.

La novela fue incluida en el puesto 33 de la encuesta realizada por la BBC en 2003, cuyo objetivo era encontrar las obras más apreciadas de la literatura británica. Además, fue elegida en 2007 por el club literario Oprah's Book Club.

La segunda parte, Un mundo sin fin, salió a la venta en español el 28 de diciembre de 2007.

Primera parte (1135-1136) [editar]Tom Builder es un constructor pobre pero honrado, que perdió su trabajo como albañil cuando Lady Aliena rechazó la propuesta de matrimonio del despiadado y sádico Lord William Hamleigh. Hambrienta y en la miseria, Agnes, mujer de Tom, muere en el bosque mientras da a luz a su tercer hijo. Tom no puede alimentar al recién nacido y, con mucha tristeza decide abandonar al bebé en la tumba de Agnes y entonces emprende la marcha junto a sus otros dos hijos, la tímida Martha y el cruel Alfred. Sin embargo, depués de varias horas caminando, el remordimiento le hace volver por el niño en donde lo dejó: no lo encontró. Pero después de sufrir tanto tristeza como cansancio y hambre se desploman cerca de un rio. Poco después, al despertar se encuentra con la proscrita Ellen, con quien se casará más adelante y, a su hijo, el extraño y pelirrojo Jack. Ella le informa que su hijo fue rescatado por un hombre que lo llevó a una comunidad de monjes a las afueras del bosque, así que se ponen en camino para ver de que forma lo aceptarían esos hombre de dios. De forma inmediata, Alfred comienza a despreciar a Jack. Después de muchos apuros,entre los cuales la familia tiene un encuentro con el Conde Bartholomew y su hija Aliena (de la cual Jack se enamora al instante), se acomodan en Kingsbridge, donde el prior Philip, mismo monje a quien le fue entregado el tercer hijo de Tom, desea construir una catedral. Tiempo después, William Hamleigh descubre que el padre de Aliena, el conde Bartholomew, se ha puesto de parte de la emperatriz Maud y, por consiguiente, es desleal al rey Stephen. Así que en venganza por la humillación que le habían causado aquellos nobles a su familia, toma su castillo por la fuerza, detiene al conde y viola a su hija, Aliena mientras su hermano pequeño, Richard, es obligado a contemplar la escena. De esta forma, su padre, Percy Hamleight se vuelve conde.

Segunda parte (1136-1137) [editar]Tras huir del castillo asolado y vacío, Aliena se dedica a la compra y venta de lana, y conoce por un golpe del destino al prior Philip, que acepta comprarle su lana por un precio razonable. Mediante este proceso, crean el mercado de futuros de la lana. Ambos van a vivir a Kingsbridge, donde todos se enfrentan a Waleran Bigod, un obispo egoísta. Sin embargo, al final la Corona aprueba la construcción de la catedral. Ellen y Tom se casan y Jack resulta entusiasmado con el hecho de volver a ver a Aliena.

Tercera parte (1140-1142) [editar]En esta parte, el prior Philip trabaja duro para convertir Kingsbridge en una ciudad próspera y respetable. Sin embargo, no resulta una tarea fácil debido a la guerra civil se estaba extendiendo con furia por toda Inglaterra y a las luchas entre la emperatriz Maud y el rey Esteban por el trono. Jack y Aliena se enamoran pero, cuando William incendia Kingsbridge, Tom muere y ocupa su cargo su hijo Alfred, Aliena pierde todo su negocio y queda arruinada.

Cuarta parte (1142-1145) [editar]Aliena, al no tener dinero para pagar las armas y los caballos de Richard, que se había armado caballero, se ve obligada a casarse con el acaudalado Alfred, pero un día antes de su boda, Aliena hace el amor con Jack y éste abandona Inglaterra desconsolado. El matrimonio resulta frío y Aliena es maltratada y tiene que esconder su embarazo, ya que Alfred padece impotencia.

Por otra parte, Alfred convence a Philip de que le permita reemplazar el tejado de madera de la catedral por bóvedas de piedra. Como las paredes no habían sido diseñadas para soportar el enorme peso de la bóveda de piedra, la catedral se desploma y provoca la muerte de 79 personas. Aliena da a luz, entre los escombros a los que había quedado reducida la catedral, a un niño pelirrojo, por lo que Alfred la expulsa de su casa. Ellen llega del bosque para ver a su nieto y aconseja a Aliena que busque a Jack, que se dirigía a Santiago de Compostela en busca de trabajo. En el transcurso de su peregrinación, Jack conoce a algunos estudiosos y matemáticos moros en Toledo y colabora en la construcción de la Basílica de Saint-Denis, cerca de París, de modo que aprende a construir bóvedas de crucería y arcos apuntados. Se reúne con Aliena en Saint Denis y descubre, por casualidad, que su padre proviene de Cherburgo, lo que explica su nombre «Jack ShareburgJacques Cherbourg». Sin embargo, cuando regresan a Kingsbridge, Philip les niega la posibilidad de contraer matrimonio, ya que Alfred y Aliena aún estaban casados.

Quinta parte (1152-1155) [editar]Años después, la catedral se sigue construyendo y Alfred regresa, de repente, a Kingsbridge. El obispo Waleran Bigod y los Hamleighs se han aliado, con el propósito de destruir Kingsbridge, a Philip y a Aliena. La mejor amiga de Aliena es la joven y desgraciada mujer de William Hamleigh, por lo que conoce los entresijos del castillo de Shiring desde dentro. Más tarde, Alfred sucumbe a la envidia por su hermanastro y a la lujuria por su propia mujer e intenta violarla, pero cuando Richard lo descubre, le asesina. Philip decide que lo mejor para Richard es que se vaya a combatir en la Guerra Santa, a las Cruzadas en Jerusalén. Richard huye de William Hamleigh y abandona el condado, del que se hará cargo Aliena, quien, por fin, podrá contraer matrimonio con Jack.

Sexta parte (1170-1174) [editar]Después de muchos años, la catedral de Kingsbridge queda terminada con un «estilo francés», famoso en toda Inglaterra por su belleza: era la primera catedral gótica de Inglaterra. Jack había solucionado un molesto problema —la carga de viento en dirección transversal, que provocaba finas grietas en el triforio— cuando diseña, de manera independiente, los arbotantes. En un repentino intento de ataque, el resentido Waleran Bigod acusa públicamente a Philip de haber incumplido la ley clerical de castidad; Waleran afirma que el monje Jonathan (hijo de Tom Builder, en este momento adulto, a quien Philip había criado en el monasterio) era, en realidad, el hijo secreto de Philip. Jack vincula a Jonathan con el hijo perdido de Tom Builder y, Ellen jura en el juicio que Jonathan es en realidad hijo de Tom. Cuando Waleran le acusa de mentir bajo juramento, ella le culpa, a su vez, de cometer perjurio, acarreando la muerte de su amante, el padre de Jack. Se descubre que Percy Hamleigh (el padre de William), Waleran Bigod, y el antiguo Prior de Kingsbridge, el prior James conspiraron para asesinar al único superviviente del White Ship, en concreto a Jack Sharesburg, con el propósito de ocultar el hecho de que el hundimiento del White Ship fue, en realidad, un asesinato. Bigod quedó arruinado por este escándalo, y vivió el resto de sus días como un humilde monje.

Mientras tanto, William Hamleigh continuó llevando una vida miserable y de excesos, moviéndose de un lado a otro de la red política. Sin embargo, su declive definitivo ocurrió cuando se unió a un grupo, bajo la bandera del rey Henry, quien urdía el asesinato del Arzobispo de Canterbury, Thomas Becket. El prior Philip resultó encontrarse con Becket cuando tuvo lugar el asesinato, presenciándolo todo, y empleó toda su ira y su sentimiento de injusticia por estas personas para encabezar una protesta contra Hamleigh y el rey, en la que reivindicó la santificación de Becket. Hamleigh fue detenido por el hijo de Aliena, acusado de sacrilegio, declarado culpable y ahorcado. El Papa publicó un interdicto relativo a las posesiones de Henry Norman hasta que el rey Henry se arrepintiera y fuera azotado, de manera simbólica por Philip. Al final de la obra, el autor decide que la monarquía ya no fuera absoluta.

En la introducción a Los pilares de la tierra, Ken Follet informa a los lectores de que: "Cuando era niño, toda mi familia pertenecía a un grupo religioso puritano denominado los Hermanos de Plymouth. Para nosotros, una iglesia era una escueta sala con hileras de sillas en torno a una mesa central... Por lo tanto, crecí sin saber apenas nada de la gran riqueza arquitectónica de las iglesias europeas."

Cuando Follet se embarca en la tarea de escribir Los pilares de la tierra, explica lo siguiente " Leí varios libros sobre arquitectura y surgió en mí un interés por las catedrales. Cierto tiempo después, se me ocurrió plasmar este entusiasmo en una novela. Era consciente de que debía ser un libro extenso. Se tardaban al menos 30 años en construir una catedral aunque, en la mayoría de las ocasiones este periodo se prolongaba porque se quedaban sin dinero, eran atacados o invadidos. Por lo tanto, la historia trata, de forma exhaustiva, las vidas de los personajes principales. En mi editorial estaban un poco inquietos por un tema tan insólito que, paradójicamente, es mi obra más famosa. También es el libro del que más orgulloso me siento. En él se recrea, de una forma bastante gráfica, la vida del pueblo y de sus habitantes. Es como si conocieras el lugar y la gente de una forma tan íntima como si tú mismo estuvieras viviendo allí en la Edad Media

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