martes, 5 de enero de 2010

1984


Autor: George Orwell. 1984 es la antiutopía o distopía más célebre de todas cuantas fueron escritas durante la primera mitad del siglo XX. En ella, Orwell presenta un futuro en el que una dictadura totalitaria interfiere hasta tal punto en la vida privada de los ciudadanos que resulta imposible escapar a su control. La odisea de Winston Smith en un Londres dominado por el Gran Hermano y el partido único se puede interpretar como una crítica de toda dictadura, aunque en las analogías con el comunismo estalinista resultan evidentes, dada la trayectoria vital del autor. La novela cobra nueva vigencia en la sociedad actual, en la que el control a los ciudadanos, coercitivo o no, se halla más perfeccionado que en ningún otro momento de la historia de la Humanidad. Por último, veremos la influencia de la obra en la cultura del siglo XX, tanto en su vertiente literaria como en la cinematográfica.
La novela fue escrita por George Orwell bajo el título de trabajo de El último hombre en Europa (The Last Man in Europe en inglés). No obstante, los editores tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos, en donde fue lanzado el libro de forma simultánea, cambiaron el nombre a Mil novecientos ochenta y cuatro por motivos comerciales. En ese año transcurre la acción narrada en el libro. Publicado inicialmente el 8 de junio de 1949, el grueso de la novela fue escrito por Orwell en la isla de Jura en Escocia en 1948, aunque Orwell había estado escribiendo pequeñas partes desde 1945.

1984 es el resultado de intercambiar la posición de los dos últimos dígitos del año en el que se escribió el libro, 1948.


En la novela, la sociedad localizada en una futura Inglaterra se encuentra divida en dos grupos, que son los únicos visibles. Los miembros del Partido Único, que viven obnubilados por una completa y atroz represión, y por otro lado una masa de gente extremadamente pobre que vive atemorizada y aislada de la política.

La novela es una descripción analítica de los regímenes totalitarios con un final desolador. El personaje principal es Winston Smith, que trabaja en el Ministerio de la Verdad (uno de los cuatro ministerios que hay). Su cometido es reescribir la historia.

Los ministerios son los siguientes:

El Ministerio del Amor (en neolengua Minimor) se ocupa de administrar los castigos y la tortura.
El Ministerio de la Paz (Minipax) se encarga de asuntos relacionados con la guerra y se esfuerza para lograr que la contienda sea permanente.
El Ministerio de la Abundancia, (Minindancia) encargado de los asuntos relacionados con la economía y de conseguir que la gente viva siempre al borde de la subsistencia mediante un duro racionamiento.
El Ministerio de la Verdad, (Miniver) se dedica a manipular o destruir los documentos históricos de todo tipo (incluyendo fotografías, libros y periódicos), para conseguir que las evidencias del pasado coincidan con la versión oficial de la historia, mantenida por el Estado.

El mundo según la novela 1984.Winston Smith vive en el Londres de un virtual 1984, en un mundo dividido en tres superpotencias:

Oceanía, donde impera el Ingsoc, acrónimo inglés para "socialismo inglés". Oceanía comprende el Reino Unido, América, Australia, Nueva Zelanda y el Sur de África.
Eurasia, donde impera el neobolchevismo. Eurasia comprende la Unión Soviética (incluida la parte asiática) y Europa (excepto el Reino Unido).
Estasia (1984) (Asia Oriental), donde impera la "Adoración de la Muerte" o "Desaparición del Yo" . Estasia comprende China, Japón y Corea.
Además, hay diversas zonas del mundo que están siendo disputadas entre las diversas superpotencias.

El Gran Hermano suple a todo personaje político: él es el comandante en jefe, el guardián de la sociedad, el dios pagano y el juez supremo. Él es la encarnación de los ideales del Partido, el Partido ubicuo, único y todopoderoso que vigila sin descanso todas las actividades cotidianas de la población, al punto que inclusive en las calles y casas hay dispositivos de vigilancia para conocer todos los actos de cada individuo. El Partido es la organización al que han de pertenecer todas las personas. Sólo están exentos de esta afiliación los "proles", trabajadores que constituyen la inmensa mayoría de la población, mantenidos en la pobreza pero entretenidos de diversas formas por el Partido para preservarlos contentos con su situación, prácticamente sólo saben obedecer órdenes y sus mentes aceptan sin queja cualquier mandato aunque vaya en contra de sus mismos intereses; se les concede los mismos derechos que los animales y de hecho, la Policía del pensamiento apenas los vigila: "a los proles se les permite la libertad intelectual porque no tienen intelecto alguno". Ni siquiera la familia está por encima de su presencia, es común la denuncia de hijos pequeños a sus propios padres por traicionar al Partido. Irónicamente, Orwell insinúa la posibilidad de que ya ni siquiera sea una persona real, sino un mero icono propagandístico.

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